Scarlet caminaba hacia su futuro aunque no tuviera idea de qué camino tomar... Había bajado del barco apenas unos minutos antes y no sabía bien hacia dónde debía ir ya que era la primera vez que visitaba a su nana desde que ésta enfermó y se la llevaron de Londres hasta ese misterioso lugar...
Caminaba segura y sonreía a todos los personajes que se topaban en su camino...
Cansada del viaje y hambrienta, decidió que era hora de averiguar dónde se encontraba y cómo llegaba a casa de su nana desde esa solitaria esquina a donde había ido a parar...
Cautelosamente, esperaba a ver un rostro amigable al cual pedirle instrucciones para llegar a su destino... y de pronto, no muy lejos de ahí, pudo vislumbrar a un joven que le sonreía galantemente y no pudo evitar devolver el gesto y ruborizarse un poco tras el abanico de seda que llevaba en su mano derecha...
Decidida, se acercó un poco más a ese muchacho tan apuesto y preguntó cortésmente cómo llegar a la dirección que tenía anotada en un pañuelo... Cuando el caballero empezó a hablar, poco pero certero, comenzó a sentir una especie de paz interior, era un sueño, era hipnótico, era bello... Pero antes de caer en trance, la vieja de las flores gritó y corrió hacia ella diciendo que se alejara de él, diciendo que moriría pronto... Y sin que se diera cuenta, el muchacho tomó un clavel carmesí para ofrecerlo a Scarlet, pero antes de poder ponerlo en su mano, ella corría, lejos de aquella escena...
Y los ojos del muchacho se prendieron en fuego, su sonrisa se desvaneció y con un movimiento rápido se fue en dirección opuesta, ondeando su capa y dejando en el suelo, un clavel que se convirtió en ceniza . . .
(Continuará . . .)
Continuará?... (K)
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