El otro día... acostada en mi cama... sola... me descubrí en una orilla...
Y esto es lo que salió de mi cabeza...
No sé dormir en medio de mi cama...
Me acostumbré a tenerte a mi izquierda...
A escucharte hablar dormido,
a acurrucarme en tu hombro,
a no temerle a nada en las noches...
No sé dormir sin escucharte antes...
Me acostumbré a tu voz, a tus besos, a tus burlas...
A tus ganas incontenibles de regañarme por no cenar
o por olvidar mis pastillas...
No sé dormir sin esperar mi momento
de robar un poco de tu cuerpo...
Me acostumbré a tener tu oreja izquierda entre mis dedos...
A despertarte con travesuras
cuando ya estás a punto de viajar con Morfeo...
A acariciar un poco tu cara
para que no olvides ni en sueños lo mucho que te amo...
No sé dormir sin sentirte entre mis brazos...
Me acostumbré a tu rabieta de ser el primero en recibir un abrazo...
A no quedarme dormida
para que no se me pase mi turno de apapacho...
No sé dormir sin ti...
Pero debo confesar que no es costumbre...
Es encanto...
Es amor...
Y tal vez un poco de miedo... al día en que me quede sin ti...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Criticame sin piedad si eres capaz de nadar entre mis palabras...