La despertó el aire frío, pero no quiso abrir los ojos... seguía allí, en la fantasía de la calidad de un abrazo, escuchando el latir de un corazón cada vez más débil, las ramas susurrando recuerdos, la lluvia ocultando lágrimas... y nunca tuvo la fuerza de abrir los ojos...
Sonreía de vez en cuando y abrazaba fuerte a ese cuerpo que tenía entre sus brazos... que permanecía mudo desde hace tiempo... pero nunca pudo volver a abrir los ojos...
Le contaba de aquellos buenos momentos, de las noches, de los días, de los tumultos y las cicatrices que dejaron las caídas... pero al final... al final se reía... sola... y jamás se dignó a abrir los ojos...
Ella seguía frente a un ventanal roto... en una cama incómoda, con la luz apagada y con él, seguramente pensando en ella o soñando con nunca dejar de soñar... pero jamás tuvo la fuerza para abrir los ojos...
Un aire frío se coló por la ventana... y supo que no estaban ni el ventanal ni la cama... se encontraba rodeada de piedra fría, árboles y cuervos... se aferró más al cuerpo y un horrible sentimiento le recorrió la espalda... muerto desde hace tiempo y ella lo sabía, pero no quería abrir los ojos... intentaba protegerlo de esos cuervos malditos... pero ya no tenía sentido...
Se le acabaron las fuerzas y las excusas, las oraciones y los lamentos...
Estaba allí... aferrándose a un cadaver... y era hora ya, de abrir por fin esos ojos...
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