A veces me duele el pecho...
no por tristeza, pero por frustración...
Y es que,
cómo le hago saber que soy real?
que vine para quedarme,
no solo para jugar?
Que mis brazos y mis labios,
y mis ojos y mi mente
son solo suyos...
que la respiración se detiene
al pensar que tal vez un día,
pueda ya no estar más...
Cómo hago para decirle
que sin él la vida dulce no existe más?
Que se me olvidan los idiomas en su ausencia...
Que mi única razón es su presencia...
Que mis manos lo llaman en fuego
y mis ojos en calma lo extrañan así...
Y piensa que no me merece,
o que merezco algo mejor,
pero...
cómo le hago darse cuenta
que mi mejor tiene su nombre?
Que mi futuro huele a sal,
huele a él y a eternidad...
Que lo amo con las entrañas,
con el alma y con los pies...
Que a veces me trema el cuerpo,
de sólo pensar en él...
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