Un aroma confuso, un sabor a café, un segundo para el ocaso y un adios en los labios que nunca se pronunciará...
Una silueta borrosa abrazando una lágrima reprimida fue lo único que se visualizaba a través del cristal estrellado de sus ojos ausentes...
Un recuerdo mágico en violeta y en lo oscuro besó su carencia y su ganas...
Suficiente para el mundo y escaso para el océano... Nada lo trae de regreso y nada lo puede parar...
Un cambio, una mirada lejana, un paso apresurado y un pensamiento difuso...
Fin... nada más... el pasado ahora no puede ser un recuerdo porque dolerá . . .
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