Dejé de negarle al espejo el brillo de una sonrisa,
dejé de ofrecerle al alba una nostálgica melodía,
dejé de compartir con la noche una lágrima ensangrentada...
Dejé de temerle al miedo...
Y de ocultarle a sus ojos aquello que no descifro y me parece imposible...
Dejé de buscar inspiración en historias perfectas,
dejé de dibujar a ciegas el espacio en que no existo,
y comienzo a buscar unos brazos que conozco a la mitad...
Comienzo a fotografiar un beso que no se si reconozco...
Y a percibir en el viento un aroma a su silueta...
Dejé en el pasado el pasado...
Y hoy perdí en este eterno, la necesidad de explicarme . . .
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Criticame sin piedad si eres capaz de nadar entre mis palabras...