Eres libre...

Y te dejo libre ahora... 

porque lo mereces, 

porque es momento, 

porque te quiero feliz, 

aunque no sea conmigo...

Hoy suelto esa mano que me inventé para aferrarme a ti, 

a nuestros años, a nuestros cuentos... 

a todos esos sueños compartidos, 

esas palabras ausentes, 

miradas dulces y brazos de sol... 

Eres libre hoy... aunque agonice, 

aunque mis ojos no dejen de llorar, 

aunque el impulso de mandarte mi mañana no me deje en paz... 

Te dejo por fin... 

porque te amo, 

como desde hace tantos años... 

Eres libre, amor... eres libre . . .

Me dejaste en la nada...

Empezaste por llegar de madrugada...
Meterte en mis sueños,
Y mantenerme despierta...

Te llevaba conmigo...
A donde fuera...
Sin importar los paisajes, los idiomas, los amigos, las personas...

Te formé en la ilusión perfecta... Un fantasma, una luz, una lágrima...

Estabas en pausa y dolía... Pero tu imagen, tu sonrisa, tus palabras... Me hacían olvidar el dolor, la impotencia, la depresión...

Pude seguir así...
Con tu recuerdo abrazándome de noche,
Con un 'nosotros' en mi boca,
Con un 'te amo' callado...

¿Por qué decidiste volar?
¿Por qué quisiste dejarme?
Sin más palabras, sin más destino... Sin ti...

'Ya no soy tuyo' dijiste...
Y mi corazón se partió... Se quemó...
Se murió...
Y no siento nada más...

Lograste parar mis lágrimas... Fundir mi dolor en una quimera... Que no reconozco, que no entiendo, que no toco...

Te llevaste mi llanto en esas palabras...
Y mi amor,
y mis lamentos...

Apagaste la vela...
Esa que dicen, siempre permanece encendida...

Ya no queda más de mí...
Ya no sueño, ya no espero...
Ya no quiero...

Feliz estarás ahora...
¡Ya no lloro!
Pero tampoco siento...

Ahora soy un ser inerte...
Con sus recuerdos bloqueados...
Con su corazón...
Cerrado . . .

Eras del mar...

Todo pasó tan rápido...

Apenas ayer reíamos juntos... con ojos enamorados... casi imposibles...

Hoy, estoy frente a tu tumba... 

hablándole a la piedra fría con tu nombre grabado...

No traigo flores, sé que nunca te gustaron... traigo... 

traigo palabras, lágrimas, suspiros...

Te fuiste sin más... con un último beso... con una carcajada...

Qué poco estilo el tuyo, de ir a morir en el mar...

Qué pocas fuerzas las mías... de ir a salvarte y fallar...

Siempre fuiste del mar...

nadaste contra corriente,

corriste sin compañía

y me abrazaste en silencio...

Ahora eres el mar

y guardas recuerdos, amores, promesas...

Yo te guardo a tí, a tu recuerdo,

tu perfume, tus ideas... tus palabras...

Yo te guardo en mí y me quedo contigo...

Dejé de respirar...

Me ha olvidado...

El color de sus ojos 

ha comenzado a cambiar...

Mi piel canela no es más su impulso...

Me ha olvidado...

Dejó de soñar en mí... conmigo...

Dejó de suspirar para mí,

dejó de reflejarse en mi sonrisa...

Me ha olvidado...

Se fue...

Se fue a pesar de que yo me fui primero.

Le dejé mi corazón...

hoy me lo regresa...

De alguna manera nunca lo creí.

De alguna manera me aferré a su recuerdo,

Pero él...

Me ha olvidado por fin...

y yo he dejado de respirar...

No es lo mismo...

Aquí, a media luz, en esta noche fría, húmeda... cruel...

Los días sin él no son días, ¿cierto?

Parecen imposibles, a veces terribles

y otras veces... sólo pasan.

Sin dejar huella, apenas existiendo...

¿Recuerdas su canción?

Qué ironía,  

que la misma voz que te acercó a esos ojos brillantes,

a esos labios impactantes, a esos brazos de sol...

Sea la misma que los despide,

los abraza, los deja con su perfume...

Aunque no esté, aunque no llegue,

aunque no te bese más . . .

No olvides el contrato...

Te regalé mi sonrisa hace ya varios años...

Firmaste el contrato un marzo, recuerdo era...

Te dí completo mi corazón...

¿Dónde lo tienes?

No, no lo quiero de regreso...

Te lo dí completito... Te dí mi totalidad...

Debería recogerla como un ladrón...

pero no quiero...

Te quiero dueño de todo aún...

No pongas en esa casa con mis cosas olvidadas mi sonrisa...

Esa es tuya, de verdad...

No me la devuelvas...

Solo cuidala... como merece...

y deja que te siga sonriendo aunque yo...

aunque yo ya no esté ahí . . .

Nuevo capítulo...

A veces no me siento bien conmigo misma...

La sociedad habla... a mí no me importa...

"No tengo reglas" dice mi garganta...

"Sí que las tienes" dice mi corazón...

A mi derecha tengo un escudo... 

que me protege y me asusta...

que me ilumina, que me levanta...

que llega a verme y se va...

Una canción de cuna... a lo lejos,

me trae de regreso al mundo...

como volando, como llorando...

Como esperando sonrisas antes de caminar...

El cielo entero se ha ido...

Sorpresas vienen y van...

Un poema, una voz... un nombre...

La memoria de un discurso,

una lucha y un dolor...

La promesa de un futuro,

que sane mi corazón . . .

Duelo...

Llora la casa, el cielo, la maza...

Llora el rincón donde te escondías... donde reías...

Llora la plaza, la luna, la taza...

Llora la cama en donde dormías, el espejo por el que me veías, sin saber que lo sabía...

Llora el silencio... Las flores ocultas, las noches sin tí...

Lloran las mañanas apresuradas, las llamadas ausentes, los abrazos negados, los ojos distantes, las fotos insistentes, malvadas... Los recuerdos rotos, las caricias perdidas, las promesas invisibles...

Duele cada célula en mí, de mí, conmigo...

Llora cada pedazo de alma... roto, vacío, casi frío...

Lloro el dolor que siento...

Duelan las lágrimas por dentro...

No sé dormir sin ti...

El otro día... acostada en mi cama... sola... me descubrí en una orilla... 

Y esto es lo que salió de mi cabeza...

No sé dormir en medio de mi cama...

Me acostumbré a tenerte a mi izquierda...

A escucharte hablar dormido,

a acurrucarme en tu hombro,

a no temerle a nada en las noches...

No sé dormir sin escucharte antes...

Me acostumbré a tu voz, a tus besos, a tus burlas...

A tus ganas incontenibles de regañarme por no cenar

o por olvidar mis pastillas...

No sé dormir sin esperar mi momento 

de robar un poco de tu cuerpo...

Me acostumbré a tener tu oreja izquierda entre mis dedos...

A despertarte con travesuras 

cuando ya estás a punto de viajar con Morfeo...

A acariciar un poco tu cara 

para que no olvides ni en sueños lo mucho que te amo...

No sé dormir sin sentirte entre mis brazos...

Me acostumbré a tu rabieta de ser el primero en recibir un abrazo...

A no quedarme dormida 

para que no se me pase mi turno de apapacho...

No sé dormir sin ti...

Pero debo confesar que no es costumbre...

Es encanto...

Es amor...

Y tal vez un poco de miedo... al día en que me quede sin ti...

El destino...

Acabo de descubrir un poema de Oceransky en una canción de Alfonso Maya...

Me pareció... impactante... me gustó mucho y quiero compartirlo...

Destino...

El destino no es el fin... 

es sólo un punto en el camino, una intersección, un momento de quiebre... 

Una oportunidad de decidir cuando te encuentras en un cruce de palabras... 

Al destino no se llega, de él se parte... 

El destino está en buscar si importar lo que me encuentro,

 en andar sin importar el camino,

en descubrir con un beso lo infinito de un segundo...

Porque lo mas grande está escondido en cosas simples y pequeñas...

porque la paciencia con que miro me costó mil años de esperar con impaciencia que me mires...

Esta noche he decidido no esperar a que regreses...

 esta noche yo... 

esta noche yo te seguiré...